La carpa de los recuerdos

LA CARPA DE LOS RECUERDOS Guillermo era un chico muy triste. Con apenas ocho años había probado los sinsabores de la vida cuando sus padres fallecieron dos años antes. Desde entonces, el chico vivaz y alegre desapareció con ellos dando paso a un chico distinto, muy diferente a aquel que fue. No se integraba en el colegio, no salía a jugar por las tardes ni celebraba sus cumpleaños. Por mucho que sus abuelos se esforzasen no conseguían arrancarle una sonrisa. Ni siquiera una palabra. Todo cambió un día cuando su abuelo le llevó a la feria. Guillermo fue con desgana y, ni los caballitos ni los juegos consiguieron levantarle el ánimo hasta que llegó a una carpa misteriosa, donde, ataviado con una vara y un sombrero, un hombre alardeaba de tener la mejor atracción de todas. Según él, quien entraba en su carpa podía ver las maravillas más grandes, los portentos más asombrosos, las visiones más alucinantes. Por solo dos euros cualquiera podía acceder a aquel país de las mara...