viernes, 25 de agosto de 2017

Sujeto cero capítulo 2



II

Han pasado dos horas desde que el doctor Pérez abandonó la sala y Víctor no ha parado quieto en todo ese tiempo pensando y tratando de recordar algo más concreto acerca de lo sucedido la última noche. Ha resultado imposible, no es capaz de recordar ni aspectos básicos de su vida. Solo sabe que tiene una novia, su número de teléfono y su propio nombre. En ese momento dos enfermeros entran en la habitación. Le indican que se siente en la cama para inyectarle un antibiótico. Una vez inyectado dejan la habitación sin mediar palabra y Víctor comienza a experimentar una sensación de sueño muy fuerte.


Cuando vuelve a abrir los ojos se asusta sobremanera. Se encuentra en la cama, pero ya no está solo. Los cuerpos de los dos enfermeros yacen a sus pies y salpicaduras de sangre se encuentran decorando varias partes de la blanca habitación. Su primera reacción es levantarse de la cama y dirigirse a la esquina opuesta. Una vez asimilado que los enfermeros no se volverán a levantar se da cuenta de que la puerta está abierta. Puede salir de allí y buscar respuestas. Sus movimientos son lentos pues todavía tiene miedo de encontrar algo al otro lado, sin embargo, no hay nada. La habitación contigua está vacía con la puerta abierta. Sale al pasillo circular y entonces ve una señal luminosa a lo largo del mismo. Sin sonido. Es como una alarma silenciosa, solo el rojo de la luz intermitente interrumpe el blanco inmaculado del pasillo. Piensa que ha debido suceder algo muy malo, quizá la propagación del virus del que hablaba el doctor, por lo que lo primero que se pasa por su mente es escapar de allí y después buscar respuestas.
En su camino por el pasillo descubre una serie de puertas marcadas con números romanos. Al no saber dónde se encuentra la salida decide entrar por la puerta marcada con un I. Al abrirla descubre una sala similar a la que se encontraba en el exterior de su habitación. Allí ve una carpeta idéntica a la que llevaba el doctor Pérez cuando habló con él. Dentro hay un informe médico que indica que el paciente se llama Víctor uno y que no presenta ninguna habilidad del Sujeto cero.

Todavía con más interrogantes que antes de entrar decide conocer a ese Víctor uno y accede a la habitación. Allí encuentra a un hombre exactamente como él, idéntico físicamente. Un hombre alto, de unos 185 cm, corpulento, de pelo corto negro y tez morena. Es su vivo reflejo. Víctor es incapaz de reaccionar por lo que no es hasta que el otro hombre habla que sale de su estado de confusión.

-Hola, ¿es usted mi nuevo médico?
-No, mi nombre es Víctor, no soy médico. ¿Tu nombre es Víctor uno?
-Víctor a secas- contesta el hombre. ¿Cómo es posible que te llames igual que yo y luzcas idéntico a mí? ¿De qué trata todo esto? ¿Es un nuevo experimento?
-¿Experimento?- pregunta Víctor. -¿Qué clase de experimentos hacen en este sitio?
-Por lo que preguntas debes de ser nuevo. Había oído rumores de otros sujetos, habladurías de los enfermeros cuando pensaban que dormía, pero nunca he podido salir de esta habitación. Lo que me parece increíble es que seas idéntico a mí, ¿eres un clon?.
-¿Un clon? – pregunta Víctor. -No, he llegado aquí ayer, me han dicho que estuve en un accidente y que podía ser portador de un virus muy peligroso.
-Sí, lo mismo que a mí- dice Víctor uno. -Estoy seguro de que no recuerdas nada del día anterior ni de tu vida previa, solo que tienes una novia y su número de teléfono.
-Exacto. ¿Cómo sabes eso?
-Porque es lo mismo que me sucedió a mí cuando llegué. Desde entonces me han hecho varias pruebas sin resultado alguno. Incluso me han llegado a intentar convencer de que cada día que despertaba acababa de llegar aquí contándome la misma historia que tú me has dicho.
-¿Qué es este sitio? ¿Por qué nos retienen?- pregunta Víctor.
-No lo sé pues nunca he podido dejar esta habitación, pero el hecho de que hayas llegado hasta aquí significa que algo ha sucedido. ¿Cómo has podido dejar tu habitación?
-Cuando me he despertado la puerta estaba abierta y dos enfermeros se encontraban muertos a mis pies. He salido y he entrado por la primera puerta que he encontrado. En la sala de al lado he visto este informe que habla de ti- y le señala a Víctor uno el informe.
-No entiendo nada. Deben estar experimentando con nosotros, pero, ¿por qué somos iguales y nos cuentan la misma historia?
-La única forma de conseguir algo de información es salir de aquí.

Dicho esto abandonan la habitación y continúan recorriendo el pasillo hasta que llegan a la puerta marcada con un II. Víctor le cuenta a su compañero que le encontró en una habitación con el número I en la entrada por lo que deciden entrar y comprobar si dentro hay alguien como ellos. Pronto sus dudas se despejan al descubrir otro informe con el nombre de Víctor dos y otro hombre idéntico a ellos en el interior de la habitación. La situación del encuentro anterior se repite y una vez le cuentan al nuevo lo que saben deciden continuar buscando a otros como ellos. Visto que continuando el pasillo hay más puertas marcadas con números romanos deciden separarse e ir abriéndolas todas. Víctor vuelve primero a su habitación para fijarse si hay algún número grabado en el exterior. Así es. El número XV, sin embargo, no puede encontrar su informe en el interior.

Pasados unos minutos quince hombres idénticos se encuentran en el pasillo, cada uno con su informe. Todos reciben el nombre de Víctor numerados del uno al quince y en todos sus informes se indica que no poseen ninguna habilidad del sujeto cero. A pesar de la alarma silenciosa que parece continuar sin que nadie haga nada, no aparece nadie para detenerles en ningún momento, es como si se hubiesen quedado solos en el complejo. Deciden continuar más allá de la puerta número XV y acceden a la sala en la que los doctores Pérez, García y Fernández hablaron antes de decidir administrar al ahora llamado Víctor quince su solución final.

Allí encuentran los cadáveres de dos enfermeros más con signos evidentes de disparos en la espalda. Más allá de esta sala comienza un nuevo pasillo en línea recta, y al final del mismo un elevador. Sin embargo, no funciona. Tras unos segundos probando a llamarlo llegan a la conclusión de que la alarma silenciosa debe haber activado algún mecanismo de cierre que impide salir del complejo. Deciden investigar sala a sala todo el centro de control de enfermedades.

Durante las siguientes dos horas buscan cualquier tipo de información o forma de salir de allí. No consiguen encontrar a nadie con vida, solo una docena de cuerpos de lo que parecen ser guardias de seguridad, a juzgar por los uniformes que llevan. Junto a ellos encuentran algunas armas que cogen por si llegan a necesitarlas aunque ninguno sabe cómo usarlas. Ninguno de ellos tiene identificación salvo uno que va uniformado de forma algo distinta al resto. En su chapa se lee Bermejo. En su larga búsqueda han sido capaces de encontrar una sala de seguridad con lo que parecen ser controles del complejo. Con más suerte que habilidad son capaces de detener las alarmas silenciosas y de reactivar el elevador central. Una vez hecho se dirigen todos ellos allí para salir donde quiera que sea y buscar ayuda.


En el interior del elevador encuentran más cuerpos de personal de seguridad. Cogiendo sus armas y apartando los cuerpos suben hacia el exterior.





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