II
Han pasado dos horas desde que el doctor
Pérez abandonó la sala y Víctor no ha parado quieto en todo ese tiempo pensando
y tratando de recordar algo más concreto acerca de lo sucedido la última noche.
Ha resultado imposible, no es capaz de recordar ni aspectos básicos de su vida.
Solo sabe que tiene una novia, su número de teléfono y su propio nombre. En ese
momento dos enfermeros entran en la habitación. Le indican que se siente en la
cama para inyectarle un antibiótico. Una vez inyectado dejan la habitación sin
mediar palabra y Víctor comienza a experimentar una sensación de sueño muy
fuerte.
Cuando vuelve a abrir los ojos se asusta
sobremanera. Se encuentra en la cama, pero ya no está solo. Los cuerpos de los
dos enfermeros yacen a sus pies y salpicaduras de sangre se encuentran
decorando varias partes de la blanca habitación. Su primera reacción es
levantarse de la cama y dirigirse a la esquina opuesta. Una vez asimilado que
los enfermeros no se volverán a levantar se da cuenta de que la puerta está
abierta. Puede salir de allí y buscar respuestas. Sus movimientos son lentos
pues todavía tiene miedo de encontrar algo al otro lado, sin embargo, no hay
nada. La habitación contigua está vacía con la puerta abierta. Sale al pasillo
circular y entonces ve una señal luminosa a lo largo del mismo. Sin sonido. Es
como una alarma silenciosa, solo el rojo de la luz intermitente interrumpe el
blanco inmaculado del pasillo. Piensa que ha debido suceder algo muy malo,
quizá la propagación del virus del que hablaba el doctor, por lo que lo primero
que se pasa por su mente es escapar de allí y después buscar respuestas.
En su camino por el
pasillo descubre una serie de puertas marcadas con números romanos. Al no saber
dónde se encuentra la salida decide entrar por la puerta marcada con un I. Al
abrirla descubre una sala similar a la que se encontraba en el exterior de su
habitación. Allí ve una carpeta idéntica a la que llevaba el doctor Pérez
cuando habló con él. Dentro hay un informe médico que indica que el paciente se
llama Víctor uno y que no presenta ninguna habilidad del Sujeto cero.
Todavía con más interrogantes que antes de
entrar decide conocer a ese Víctor uno y accede a la habitación. Allí encuentra
a un hombre exactamente como él, idéntico físicamente. Un hombre alto, de unos 185 cm , corpulento, de pelo
corto negro y tez morena. Es su vivo reflejo. Víctor es incapaz de reaccionar
por lo que no es hasta que el otro hombre habla que sale de su estado de
confusión.
-Hola, ¿es usted mi nuevo médico?
-No, mi nombre es Víctor, no soy médico. ¿Tu
nombre es Víctor uno?
-Víctor a secas- contesta el hombre. ¿Cómo
es posible que te llames igual que yo y luzcas idéntico a mí? ¿De qué trata
todo esto? ¿Es un nuevo experimento?
-¿Experimento?- pregunta Víctor. -¿Qué clase
de experimentos hacen en este sitio?
-Por lo que preguntas debes de ser nuevo.
Había oído rumores de otros sujetos, habladurías de los enfermeros cuando
pensaban que dormía, pero nunca he podido salir de esta habitación. Lo que me
parece increíble es que seas idéntico a mí, ¿eres un clon?.
-¿Un clon? – pregunta Víctor. -No, he
llegado aquí ayer, me han dicho que estuve en un accidente y que podía ser
portador de un virus muy peligroso.
-Sí, lo mismo que a mí- dice Víctor uno.
-Estoy seguro de que no recuerdas nada del día anterior ni de tu vida previa,
solo que tienes una novia y su número de teléfono.
-Exacto. ¿Cómo sabes eso?
-Porque es lo mismo que me sucedió a mí
cuando llegué. Desde entonces me han hecho varias pruebas sin resultado alguno.
Incluso me han llegado a intentar convencer de que cada día que despertaba
acababa de llegar aquí contándome la misma historia que tú me has dicho.
-¿Qué es este sitio? ¿Por qué nos retienen?-
pregunta Víctor.
-No lo sé pues nunca he podido dejar esta
habitación, pero el hecho de que hayas llegado hasta aquí significa que algo ha
sucedido. ¿Cómo has podido dejar tu habitación?
-Cuando me he despertado la puerta estaba
abierta y dos enfermeros se encontraban muertos a mis pies. He salido y he entrado
por la primera puerta que he encontrado. En la sala de al lado he visto este
informe que habla de ti- y le señala a Víctor uno el informe.
-No entiendo nada. Deben estar
experimentando con nosotros, pero, ¿por qué somos iguales y nos cuentan la
misma historia?
-La única forma de conseguir algo de
información es salir de aquí.
Dicho esto abandonan la habitación y
continúan recorriendo el pasillo hasta que llegan a la puerta marcada con un
II. Víctor le cuenta a su compañero que le encontró en una habitación con el
número I en la entrada por lo que deciden entrar y comprobar si dentro hay
alguien como ellos. Pronto sus dudas se despejan al descubrir otro informe con
el nombre de Víctor dos y otro hombre idéntico a ellos en el interior de la
habitación. La situación del encuentro anterior se repite y una vez le cuentan
al nuevo lo que saben deciden continuar buscando a otros como ellos. Visto que
continuando el pasillo hay más puertas marcadas con números romanos deciden
separarse e ir abriéndolas todas. Víctor vuelve primero a su habitación para
fijarse si hay algún número grabado en el exterior. Así es. El número XV, sin
embargo, no puede encontrar su informe en el interior.
Pasados unos minutos quince hombres
idénticos se encuentran en el pasillo, cada uno con su informe. Todos reciben
el nombre de Víctor numerados del uno al quince y en todos sus informes se
indica que no poseen ninguna habilidad del sujeto cero. A pesar de la alarma
silenciosa que parece continuar sin que nadie haga nada, no aparece nadie para
detenerles en ningún momento, es como si se hubiesen quedado solos en el
complejo. Deciden continuar más allá de la puerta número XV y acceden a la sala
en la que los doctores Pérez, García y Fernández hablaron antes de decidir
administrar al ahora llamado Víctor quince su solución final.
Allí encuentran los cadáveres de dos
enfermeros más con signos evidentes de disparos en la espalda. Más allá de esta
sala comienza un nuevo pasillo en línea recta, y al final del mismo un
elevador. Sin embargo, no funciona. Tras unos segundos probando a llamarlo
llegan a la conclusión de que la alarma silenciosa debe haber activado algún
mecanismo de cierre que impide salir del complejo. Deciden investigar sala a
sala todo el centro de control de enfermedades.
Durante las siguientes dos horas buscan
cualquier tipo de información o forma de salir de allí. No consiguen encontrar
a nadie con vida, solo una docena de cuerpos de lo que parecen ser guardias de
seguridad, a juzgar por los uniformes que llevan. Junto a ellos encuentran
algunas armas que cogen por si llegan a necesitarlas aunque ninguno sabe cómo
usarlas. Ninguno de ellos tiene identificación salvo uno que va uniformado de
forma algo distinta al resto. En su chapa se lee Bermejo. En su larga búsqueda
han sido capaces de encontrar una sala de seguridad con lo que parecen ser
controles del complejo. Con más suerte que habilidad son capaces de detener las
alarmas silenciosas y de reactivar el elevador central. Una vez hecho se
dirigen todos ellos allí para salir donde quiera que sea y buscar ayuda.
En el interior del elevador encuentran más
cuerpos de personal de seguridad. Cogiendo sus armas y apartando los cuerpos
suben hacia el exterior.
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