miércoles, 11 de julio de 2018

Nuevo mundo




Cerré los ojos y el mundo había cambiado.

Así fue como comenzó todo. Mi deseo de cambiar se había visto cumplido antes de lo que esperaba y no de la forma en la que esperaba. Necesitaba un cambio, huir de mi vida cotidiana y comenzar de cero. A todos nos llega un momento en la vida en el que estamos perdidos, no sabemos dónde ir o qué hacer, un momento en el que la rutina se ha apoderado de nosotros con tanta fuerza que nos resulta impensable que puedan existir otras opciones u alternativas. Vivimos prisioneros encerrados en nuestras casas y trabajos esperando el día de mañana para luego desear que vuelva a ser ayer.

Yo ya había llegado a ese punto. Estaba cansado de mi vida, harto de no llegar a ninguna parte y de ver como el tiempo pasaba y yo me iba muriendo cada día un poco más. Quería cambiar, pero no sabía cómo. Mi deseo se iba perdiendo conforme los días avanzaban y veía como mis intenciones se desvanecían por la noche mientras por la mañana las renovaba una y otra vez. Era un circuito cerrado del que no podía escapar. Me engañaba a mí mismo pensando que podía conseguirlo en cuanto me lo propusiese, pero antes o después me fallaba la fuerza de voluntad.

Cansado, cerré los ojos y desee con todas mis fuerzas tener esa fuerza para cambiar mi vida. No podía imaginar que mi deseo se cumpliría tan rápido y de la forma en que lo hizo.
Cerré los ojos y el mundo había cambiado.

(Esta historia forma parte del libro Pequeñas historias, relatos y pensamientos que se puede comprar a través de Amazon en el siguiente enlace)