domingo, 17 de noviembre de 2019

Mi diario italiano

Hace exactamente diez años, en 2009, realicé uno de los viajes más importantes de mi vida. Durante tres meses viví y trabajé en Padova (Italia) gracias a una beca del ayuntamiento de Alcorcón. Fue una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida y un punto crucial en mi desarrollo como persona. 

Lo que podéis leer a continuación es la recopilación de todas las entradas que fui subiendo en mi blog por aquel entonces contando mi vida allí. No he modificado nada de los textos, tan solo corregido algunos errores gramaticales y tildes, por lo que lo escrito es exactamente lo mismo que publiqué hace diez años, narrado por mi yo de entonces. 

Es un texto personal, pero al ser este un blog personal sobre todos mis escritos he considerado adecuando incluirlo, también como registro, como recuerdo de aquella etapa de mi vida. 




MI VIDA EN PADOVA 



Mañana parto hacía Padova (Italia). Voy a pasar allí tres meses trabajando como becario en una empresa y realizando un curso de formación previo. Gracias al Ayuntamiento de Alcorcón a 30 jóvenes de la localidad nos han concedido esta oportunidad. 

Debido a la naturaleza del viaje (en el que viviré en una casa con casera) mi acceso a internet va a ser escaso por lo que el blog no tendrá las actualizaciones habituales que le he dado hasta ahora. No obstante, siempre que pueda conectarme lo actualizaré y una de las entradas que voy a mantener es este diario personal sobre mi vida allí. 
Intentaré ir contando cómo es mi vida allí, profundizar en la cultura italiana y de la ciudad, así como de otras ciudades a las que pueda ir en fin de semana. Esto lo hago sobre todo por mi familia, ya que un blog es un instrumento perfecto de comunicación, no solo para contar cosas a un gran público, sino también para estar en contacto con los tuyos de una manera más directa que un simple e-mail. 

Para empezar, hay que decir que Padova es una ciudad situada al Noreste de Italia, a solo 30 kilómetros de Venezia. Forma parte de la región del Veneto y cuenta con 213.151 habitantes. Cuenta con numerosos sitios de interés turístico como son la Basilica di Sant'Antonio di Padova, iglesias, palacios, una de las más conocidas universidades del mundo, así como museos y teatros. 

Tan pronto como me instale y disponga de conexión a internet realizaré la segunda parte de este diario donde espero poder contar más cosas que ahora, ya que conoceré, o, al menos habré visto, más de Padova que ahora. 


II 


Primera semana: 


A lo tonto ya ha pasado una semana desde que marché a tierras italianas. Perdonadme si no pongo acentos o salen en la otra dirección ya que son cosas de los teclados italianos, de la misma manera que las eñes.

Puedo decir que me he adaptado bastante bien a la ciudad, pero vamos por partes que si no me pierdo:

LA CASA

Estoy viviendo en una casa junto a otro compañero de beca y dos chavales malagueños que tienen la misma beca. Estamos con casera y contamos con cocina propia, la habitación doble y un mini porche donde tomar el fresco si apetece. Está muy bien y de momento no tengo queja alguna. A la señora apenas la vemos por lo que parece que vivamos solos. Tampoco paso mucho tiempo en casa más que para dormir.

EL VECINDARIO

Ya somos socios de la biblioteca del quartiere así como del supermercado más próximo. Como he dicho antes, casi integrado en la sociedad Padovana. Vivimos en la zona de Guizza que es bastante tranquila. Está al sur de la ciudad a quince minutos del centro en el Tram (Tranvia). Aquí se estila mucho llevar bici ya que los autobuses dejan de funcionar sobre las nueve de la noche y el tranvía a las doce, pero de momento no tengo pensado trasnochar más de esa hora. Ya veremos más adelante.

LAS CLASES

Durante esta semana y la que viene estamos en clase cuatro horas al día antes de iniciar las practicas. Tenemos una profesora muy buena, nativa de la zona (Treviso) y, aunque el nivel es bajo ya que hay gente que no parla nada de italiano me está dando ejercicios aparte y la consulto dudas.

LA CIUDAD



Este apartado lo ampliare próximamente ya que hay bastante que contar. Decir que hay varias plazas importantes como son piazza dell erbe, piazza dei signori o prato della valle. Ya he visitado sitios como el jardín botánico, la basílica de Santa Giustina o la Chiesa de San Antonio, pero hablaré más en profundidad más adelante ya que merecen mucho la pena.

IMPRESIONES GENERALES

Para no estirarme más (uso la conexión de la biblioteca y no puedo conectarme mucho tiempo) simplemente decir que los compañeros son geniales y la ciudad me ha encantado. Mucha vida nocturna (entendiendo por nocturna a partir de las seis que aquí todo es mucho más temprano que en España). De momento todo perfecto. Seguiré informando. 



III 


De visita por la ciudad: 


¿Ninguna entrada en la primera semana y ahora dos en dos días? Pues sí, hay que aprovechar cuando tengo conexión a internet. Hoy quiero hablar de varios sitios interesantes de Padova que he visitado estos días.

PRATO DELLA VALLE



En pleno centro de la ciudad se encuentra esta plaza que es una de las más grandes de Europa. Cuenta con casi cien estatuas de personalidades del país y de la ciudad, así como zonas verdes abundantes. Si queréis haceros una idea de cómo es fijaos en la foto de la entrada anterior pues se puede ver su tamaño en ella.

ORTO BOTANICO

El jardín botánico de Padova es el más grande de Europa (o eso nos han dicho). Ciertamente un lugar precioso lleno de árboles y plantas de todas las especies. No en vano parece ser que Padova es un lugar perfecto para estudiar biología entre otras cosas por contar con un sitio así. Un posto donde se encuentra la paz y en el que puedes pasar una tarde entera (bueno, cierra a las 7) sin hacer nada y tener la sensación de que has aprovechado el día.

BASILICA DI SANTA GIUSTINA

Sin lugar a dudas, una basílica monumental y de gran belleza. Grande como pocas y repleta de cuadros y retablos de gran tamaño que te hacen sentir muy pequeño en comparación. Además cuenta con un apartado lateral donde hay un pequeño jardín, museo y tienda. No solo muy recomendable, sino que es visita obligada.

BASILICA DI SANT ANTONIO



Aún más grande e impresionante que la de Santa Giustina si cabe. Techos que llegan casi al cielo, cuadros increíbles y retablos y estatuas de tamaño colosal y detalle perfecto. Sin duda una de las basílicas (miento, la que más) más grande que he visto en mi vida. Ir a Padova y no entrar es perder el tiempo, sea cual sea tu religión.

En definitiva, sitios todos ellos en los que hay que estar, y que, para más inri, se encuentran todos en la misma zona de la ciudad apenas en un radio de 15 minutos andando. Hay más sitios curiosos en Padova como la piazza del Duomo, parques y piazze ma de momento va bien con estos cuatro. 



IIII 


De visita en Verona: 




Este sábado he aprovechado para ir a conocer ciudades cercanas y me he decidido por Verona. Cogiendo pronto el tren he llegado allí sobre las 11 de la mañana y he empezado a recorrer la ciudad sin mapa. Puede parecer muy arriesgado el no saber dónde ir o dónde están las cosas teóricamente importantes, pero me gusta mucho conocer una ciudad por mí mismo sin tener que recurrir a lo típico para turistas.

Verona es una ciudad preciosa, suficientemente grande como para acabar a trozos al final del día de tanto andar. Cuenta con un parque muy bonito y largo cuyo nombre no recuerdo pero que es una delicia. Es como el retiro (salvando las distancias que son muchas) pero más a lo largo que a lo ancho.

El río que atraviesa la ciudad es increíble. Comer frente al río desde un puente o la orilla del mismo no tiene precio. Sobre el rio esta Castelvecchio donde se encuentra un museo de arte (sobre todo pintura). En principio el precio me ha parecido exagerado (seis euros) pero luego te das cuenta de que los vale ya que es gigantesco. No menos de hora y media para recorrerlo todo y eso no deteniéndome en exceso en los cuadros en general.

Además, el hecho de estar dentro de un castillo le da un encanto especial ya que recorres salas, puentes y localizaciones muy bonitas con una vista al rio que no tiene precio. Los cuadros abarcan autores (especialmente) Venetos de 1400-1600 incluyendo a Luca Giordano o Tommaso Porta entre otros. Una maravilla digna de ver. Estar en la ciudad y no entrar en el museo es perder el tiempo.

Tras esto, que ya me llevo toda la mañana, y habiendo comido con vistas al rio me dirigí al centro de la ciudad. El centro me recordó poderosamente a Madrid ya que las calles parecen la Gran vía en hora punta llenas de tiendas y de gente por todos lados. En la plaza central se encuentra la Arena, anfiteatro romano que se usa como escenario para conciertos y eventos varios.

Todo el mundo que va a Verona entra en casa de Giuletta y le toca la teta (esto es así, no me lo invento) pero yo no entré porque tampoco debe ser algo especialmente interesante más que para el curriculum de los turistas que se piensan que con eso han hecho algo importante en la ciudad. En su lugar continué recorriendo el centro entrando en iglesias y un campanario donde creo no se podía subir, pero como nadie me dijo nada...

En definitiva, una ciudad maravillosa llena de vida y de lugares interesantes. Una anécdota que me paso al ir es que me metí en un tren rápido nacional en lugar del regional para el que había preso el billete. Lo sabía, pero no pasaba otro por Verona y no iba a pasar toda la mañana en la estación. El caso es que sabía que podía pasar el revisor y decidí hacerme el dormido. En un momento escuché a un hombre diciendo a mi lado buon giorno un par de veces, pero seguí como si nada. Gracias a esto me libre de la multa. Solo abrí los ojos al llegar a la estación en la que me bajé rápidamente. 





Comenzando a trabajar: 


Ayer empecé las prácticas en la empresa de gestoría con resultado muy bueno. Antes (el viernes) fuimos con la profesora de italiano a Treviso para ver la ciudad y despedirnos de ella. 

Treviso es una ciudad muy bonita con un duomo bastante grande y con unas calles que, en ocasiones, recuerdan a Venezia ya que, de repente, te encuentras en una calle muy estrecha con un canal que lo atraviesa. Incluso puedes ver cisnes y patos en sus aguas (algún pez que otro también). El problema es que para ir desde Padova tienes que empalmar dos trenes y para venir íbamos como los judíos a los campos de concentración sin apenas oxígeno. 

En cuento al curro, todo muy bien. Tengo un horario bastante abierto (como máximo el programa contempla 7 horas de curro al día) ya que si un día me apetece ir a otra ciudad o hacer turismo no hay problema siempre que lo avise. De momento haré siete horas todos los días, pero los viernes a partir del segundo los cogeré para ir de viaje a Milano y a la región de la Toscana. 

La empresa es una gestoría y me estoy ocupando de contabilizar de momento el iva tanto repercutido como soportado. Poco a poco supongo que iré haciendo más ya que de momento son muchas cosas nuevas y muchas palabras italianas nuevas que aprender, pero creo que me estoy manejando bastante bien. 

Por lo demás he visitado otro museo increíble que es el museo civico eremitani que tiene un museo arqueológico en el que además este mes alberga una exposición de pintura veneta bastante grande. Solo con decir que entré al museo a las 4:30 y salí sobre las 6:30 sin detenerme en exceso en ninguna obra. Es ciertamente grande, y, encima, luego puedes ver (con horas fijas) la capella pintada por Giotto que está justo al lado. El precio es caro (11 euros) pero si eres estudiante por 6 euros lo ves todo. 


VI 


Lo mejor y lo peor de mi ciudad: 


Este domingo hará un mes que vivo en Padova por lo que me he planteado realizar una especie de recopilatorio sobre qué es lo mejor y lo peor que tiene o me he encontrado en Padova en todo este tiempo. Empecemos: 


LO MEJOR 


-La gente: 


Bajo este nombre tan genérico me quiero referir sobre todo al trato con las personas. Por un lado, me gustaría destacar lo increíblemente amables que son todos aquí. Cuando compras el periódico, entras o sales de un bar, en el trabajo, etc... todo el mundo te saluda y se despide de ti de la forma más amable y cortes posible. En Madrid, por ejemplo, saludas con un hola y cuando sales del comercio o lo que sea dices gracias, adiós como mucho y lo mismo te dicen los dependientes. Aquí es más como buon giorno, salve o similar y después te desean siempre buona giornata, buona serata más arrivederci, etc.... vayas donde vayas. Todo el mundo pide perdón si te molesta de cualquier manera y son super correctos y educados en general. 

Por otra parte, me refiero a la gente en la calle, los jóvenes y demás. En Madrid (o tal vez sea mi apreciación) la gente va más a su bola, se comunica menos con desconocidos y presta menos atención a las cosas. Aquí interactúas con todo el mundo sin problema, conoces gente sin querer y siempre de buen rollo, ves partidos de calcio con seguidores del otro equipo entre risas y comentarios, no sé, lo veo más abierto en general. 


-La vida cotidiana: 


Esto no es Madrid, no es una gran ciudad. Es lo suficientemente grande para tener montones de sitios a donde ir y cosas que hacer, pero también es lo suficiente pequeña como para atravesarla sin problemas. No existe esa sensación de urgencia que hay en Madrid donde todo parece suceder muy deprisa y la gente va corriendo a todos lados, no hay masas ingentes de gente en las calles principales (hay mucha, pero no como Madrid) y se vive una vida más tranquila, pienso, dependiendo menos de las cosas que en Madrid consideramos imprescindibles. 


-Aspectos inherentes a Italia: 

Con esto me refiero a cosas como el idioma, que obviamente no son un valor de la ciudad pero que para mí como estudiante de italiano es una auténtica gozada poder hablar en italiano todo el día y mantener y escuchar conversaciones en este idioma constantemente. Que cada vez que lees el periódico, enciendes la tele o hablas con alguien lo hagas en italiano es un sueño hecho realidad ya que el aprendizaje da un salto cualitativo respecto a lo que estudiaba en Madrid, donde no tienes a nadie nativo a quien preguntar o con quien aprender. 


LO PEOR 


-El trasporte: 

Por decir algo. Acostumbrado al metro de Madrid que llega a todas partes, y autobuses hasta de madrugada, Padova se queda algo corta en ese aspecto, pero con matices. El tram (el más útil y mejor medio de transporte) finaliza a las 0:30 y los autobuses a las 20:30 obligándote a ir a casa a determinada hora u optar como hacen muchos por la bicicleta como medio de locomoción. No obstante, es normal, ya que la vida aquí no es como en España. Se sale mucho antes y, por tanto, se vuelve antes a casa. Anochece antes y la gente no es de tanto salir de marcha como en Madrid, ergo tiene lógica. 


-El clima: 


Otro pero con matices y es que tengo que poner algo en lo peor. Aquí hace más frio que en Madrid y llueve más a menudo (tampoco tanto) lo que hace que tengas que abrigarte bastante y luego en el tram de la mañana lleno a rebosar de gente pases un calor de muerte. Lo pongo como inconveniente ya que a la mayoría de la gente no le hace mucha gracia el frio y la lluvia, y hasta cierto punto es una molestia, pero nada más exagerado que en Madrid. Es lo que tiene estar al Nord. 


VII 


Fin de semana a Milano 




Este fin de semana he estado en Milano (viernes a domingo) por un tema de juegos de lucha (podréis leer sobre esto si queréis en mi blog de juegos de lucha) pero he aprovechado el viernes entero y la mañana del sábado para hacer turismo. 

La primera impresión que da Milano es que es como Madrid, pero con otro tipo de edificios y casas. Las calles, el sistema de transporte y la gente que ves por la calle (no solo hay gente guapa, hay muchos extranjeros y gente "normal") hace que parezca que es una versión distinta de la capital española. Multitud de comercios donde comprar que, al final de todo, son sus horarios los que dictan un poco a qué horas la gente está en la calle. 

En lo que respecta a monumentos y sitios de interés he estado básicamente en dos: el Duomo y el Castello Sforzesco. El duomo es simplemente impresionante tanto por fuera como por dentro. Por fuera, con su color blanco puro y su arquitectura impacta cada vez que lo miras. Encima está colocado enfrente de una plaza (piazza duomo lógicamente) de un tamaño espectacular que hace que puedas pasar ahí el rato solo observándolo. 

Por dentro no se queda corto y puedes comprobar la magnitud de sus obras, cuadros y ábsides en todo su esplendor. Sin duda, un sitio que hay que ver sí o sí, si estas en Milano. 

El Castello Sforzesco debe su nombre a Sforza y es una construcción de un tamaño gigantesco. Dentro se encuentran varios museos que, pagando tres euros, puedes visitar íntegramente. He estado en el museo egipcio (no tiene nada de nada), arqueológico, de la música, pinacoteca y el museo del Castello. Una mañana aprovechada para ver cosas diversas y disfrutar dentro de los muros del Castello. Otro lugar que recomiendo. 

El resto del tiempo que he tenido lo he dedicado a recorrer sus calles y entrar en algunos comercios (fnac y similares), tomar un helado y pasar el rato, sobre todo. En definitiva, Milano es una ciudad preciosa, pero más para un fin de semana o una semana que para vivir allí ya que es muy similar a Madrid o Barcelona en muchos aspectos. 


VIII 

Fin de semana in Toscana: 



Este fin de semana he ido con mis padres, que han venido a verme desde Madrid, a Firenze y Siena (con un corto paso a la vuelta por San Gimigniano). Desde el viernes temprano que salimos hasta el domingo después de comer hemos disfrutado de la Toscana con un tiempo veramente maravilloso. 

El viernes llegamos a Firenze donde después de comer habíamos reservado para ver la Galleria degli Ufizzi. Antes dimos una vuelta por la ciudad y fuimos a comer. Pudimos ver el Duomo y recorrer algunas plazas donde vimos varias esculturas expuestas para que los turistas disfrutemos de ellas. Firenze es una ciudad artística y eso se palpa en las calles. 

La galleria degli Ufizzi cuenta con alguno de los cuadros más famosos del Renacimiento italiano como son los de Boticelli (Nacimiento de Venus) o Leonardo Da Vinci. Al menos dos horas para recorrer la galleria y disfrutar del arte allí expuesto. Me gustó mucho, aunque he de reconocer que esperaba algo aún más grande por el nombre que tiene. 

Al salir fuimos en dirección a Ponte Vecchio. Sin lugar, a dudas un sitio mágico, ya no solo por disfrutar de unas vistas al río maravillosas sino porque el contraste hace que te traslades a otra época. Callejeamos bastante y seguimos disfrutando de la ciudad a pie de calle. 

El sábado salimos hacia Siena no sin antes subir a una colina para tener una panorámica genial de la ciudad de Firenze. Siena es otra historia. Turística, sí, pero menos, y con una arquitectura y estructura más medieval, cosa que, personalmente, me encanta. Calles que suben y bajan constantemente, casas y edificios de piedra y unas vistas increíbles desde ciertos puntos de la ciudad. 

El duomo de Siena para mi es el más bonito que he visto nunca. Te hacen pagar para entrar, pero sin duda merece, y mucho, la pena. La fortaleza es otro lugar donde da gusto pasear y disfrutar de grandes vistas de la ciudad. Las plazas, iglesias y callejuelas son, sin duda, tan especiales que parece que el tiempo se detiene y todo lo demás carece de importancia. 

El domingo tocaba volver a Padova, no sin antes parar en San Gimigniano para comer y dar una vuelta de entre una y dos horas. No había tiempo para más, pero en esas casi dos horas disfrutamos de unas vistas que no tienen precio. Ciudad pequeña y bastante turística, cuenta con unas vistas a las montañas y otros pueblos de la Toscana realmente increíbles. Y comimos unos dulces realmente sabrosos antes de volver. 

En definitiva, una región (Toscana) realmente bella en esta época del año (si no te pilla la lluvia) ya que los colores de la naturaleza te dejan con la boca abierta. Fierenze y Siena son ciudades que hay que ver y disfrutar y San Gimignino es un pequeño pueblo que puso la guinda a un fin de semana perfecto. 

Un fin de semana sencillamente inolvidable en compañía de las personas que más quiero en el mundo. 



VICENZA 




Antes de comenzar con esta entrada hay que decir que la serie Mi vida en Padova la doy por concluida por varias razones: la primera, que ya no es una novedad, llevo aquí mes y medio y todo lo que podía contar sobre novedades creo que ya está dicho llevando ahora una vida normal. Segundo, porque se iba a transformar en una serie sobre mis excursiones de fin de semana a otras ciudades de Italia, y, para eso, lo cuento como entradas aparte. 

Una vez explicado esto paso a comentar que el sábado fui a Vicenza aprovechando que fue el único día del fin de semana que hizo buen tiempo (aquí llueve a mares, aunque hoy tenemos bastante sol). Vicenza es una ciudad que queda cerca de Padova (15-25 min en tren) y que forma parte de la región del Veneto. 

Allí hay cosas muy interesantes para ver. Siguiendo mi tradición, una vez me bajé del tren, comencé a andar por la ciudad sin procurarme un mapa o alguna información sobre la ciudad, simplemente a descubrirla por mi cuenta. El centro es bastante similar a una gran ciudad, con múltiples comercios y una cantidad de gente bastante elevada, sin embargo, no radica hay precisamente su mejor baza. Vicenza cuenta con dos o tres parques cerca de la estación de gran tamaño por los que es un placer pasear mientras ves a los patos en el rio y descansas tras las duras caminatas que ahora contaré. 

Lo primero que hice tras ver el centro es comprar un ticket de museos. Aquí hay seis museos y con el mismo ticket puedes entrar a todos en lugar de pagar individualmente por ellos gastándote bastante más dinero. Por 8 euros tienes el ticket y un mapa donde solo te indican dónde se encuentran el resto. 

Con el ticket en la mano lo primero que vi fue el teatro clásico. Construido en pleno Renacimiento emula a un teatro griego/romano bastante fielmente. Sin duda, me parece un sitio que hay que ver sí o sí ya que es de una gran belleza. Uno de los lugares que más pena me ha dado dejar debido a lo bien que se está allí dentro. 

De ahí fui a la pinacoteca donde cuentan con una planta entera de cuadros de autores de varios países y donde quedé francamente sorprendido por algunas obras. Siguiente parada: el museo archeologico y natural donde ver fósiles, animales disecados y, en definitiva, todo lo que dice el propio nombre del museo. De ahí a un palazzo que, si bien, no es gran cosa en general, también tiene cosas de interés. 

Ahora es cuando viene lo bueno, ya que en mi búsqueda del quinto museo (el sexto es solo de arte sacro y no me interesaba) recorrí no menos de varios kilómetros. Decir que al final no lo encontré, pero no me importó en absoluto porque llegue a uno de los lugares más bonitos que he visto. Tras subir 190 escalones (contados en los propios escalones con grafiti) y unas cuestas kilométricas, llegue a un panorama que, recordándome al de Firenze, le supera en altitud y profundidad de vista ya que se puede ver hasta Barcelona si te fijas mucho. Realmente, una vista increíble. 

Más o menos eso es lo que hice en Vicenza, mucho paseo (mis zapatillas aun echan humo), cuestas, museos y unas vistas preciosas de una ciudad que recomiendo encarecidamente a todo el mundo. 



RETORNO A VENEZIA Y ROMA 


¿Por qué retorno? ¿He contado antes en el blog una primera vez en cualquiera de estos dos lugares? No, sobre todo porque a Venezia he estado a principios de este año (antes de empezar el blog) y a Roma a principios del pasado. Los dos últimos fines de semana he vuelto a ambos sitios. Esta es la crónica de mi experiencia: 

A Venezia fui el sábado 14 y solo por un día. Aproveché para entrar en un museo que no conocía con tres plantas y pinacoteca bastante interesantes de ver. Realmente, esa fue la visita cultural del día ya que luego me limité a pasear por las calles, tomar el vaporetto para seguir el curso del gran canal (algo de lo que es imposible cansarte) y volver a algunos sitios en los que estuve la otra vez para rememorar sensaciones (La patatina, el hotel, etc...). Debido a que anochece muy pronto (5 de la tarde) no quise aventurarme a ir a alguna de las islas que no conozco (Lido, Murano...) para no ver nada con lo que lo pospongo para un segundo retorno. 

A Roma ha sido una historia diversa. Desde este viernes a mediodía hasta ayer por la tarde he podido hacer un millón de cosas. Tras llegar a Termini e ir al ostello velozmente para registrarme fui a toda leche a I Musei Vaticani que había reservado para las 3 (última hora que daban). Al final llegue a las 2:30 pero pasé igualmente sin problemas. 

Decir que I Musei Vaticani es una visita obligada si pasáis por Roma y os interesa el arte ya que alberga obras (tanto pinturas como esculturas) increíbles en su interior. Cierto es que lo más famoso y lo que todo el mundo espera ver es la Capella Sistina (que, cómo no, era la sala más abarrotada), pero todos los museos merecen mucho la pena. 

Tras esto quedé con un compañero Español (Rafa) que vive y trabaja allí con el que recorrí la ciudad pasando por las plazas más importantes y entrando en alguna que otra iglesia. Así pasamos la tarde, caminando y tomando unas birras para, después, volver ya por mi cuenta al ostello a pasar la noche no sin antes dar otro paseo por el centro de la ciudad. 

El sábado fue un día maratoniano, en el sentido de la paliza que me pegué. Creo que no he caminado tanto de seguido en mi vida y acabé francamente exhausto. Comencé tomando el metro hasta Piazza del Popolo donde me adentré en el parque Villa Borghese, que, tras recorrerlo íntegramente (similar al Retiro en cuanto a tamaño), fui a parar al museo de Villa Borghese. 

Este museo no tuve la oportunidad de verlo la vez anterior porque había que reservar, pero como era la hora de apertura (9 de la mañana) decidí hacer cola por si sonaba la flauta y podía comprar entrada para ese día o la mañana siguiente. Finalmente pude comprarlo para ese mismo momento por lo que pasé un buen rato en el museo y la pinacoteca que alberga en su segundo piso. Decir que el museo es una pasada es quedarse corto. No es muy grande en si (el museo, luego está también la Pinacoteca), pero todo lo que alberga (escultura y pintura entre ambos sitios) es realmente de primer nivel. Posiblemente el museo más impresionante en conjunto que he visitado por la magnitud de las obras expuestas. 

Decidido a comenzar a utilizar mi Roma pass en museos que no había ido la otra vez fui al del Ara Pacis, que alberga la magna obra del mismo nombre. Además, en el piso inferior, había una muestra de diseño italiano de todas las épocas bastante interesante donde se podían ver objetos y carteles publicitarios (entre otros) de hace 50 años. 

A partir de este momento comienza la locura. Decidido a ir al Orto Botánico pasando primero por Piazza San Pietro y como algo (menos mal). Entonces, y guiándome de una mappa, comienzo una escalada de calles realmente bestial, que, al final, me conducen a la puerta trasera del Orto por la que no se accede. Tras intentar recuperar el rumbo subo a un Panorama realmente espectacular (Roma desde tan alto es increíble) y comienzo a bajar para encontrar la vía principal de entrada al Orto. Todo esto no me lleva menos de dos horas en total, subiendo y bajando cuestas sin parar por lo que pensaba que, a esas horas aun tempranas (15:00) ya no podía más. Pero vaya si pude. 

Por fin llegué al Orto y pude entrar, encontrando uno de los mejores lugares (a mi entender) de Roma. El Orto más grande y variado que he visto nunca donde he pasado más tiempo que en muchos museos descubriendo su paisaje (bambús, todo tipo de vegetación, jardín japones, ecc...) y viendo la vida desde una óptica mucho más satisfactoria que en una gran ciudad. 

Mi siguiente parada fue el segundo museo que puedo entrar gratuitamente con el Roma pass, el museo Barraco fue mi elección, que alberga esculturas griegas, romanas y algo de egipcias y etruscas. Acostumbrado a todo lo que ya había visto me supo a bastante poco. El resto de la tarde lo pasé caminando (sí, sí, todavía seguía en pie) sin apenas comer (poco efectivo llevaba) por todo el centro. 

El día siguiente lo dediqué a pasear de nuevo por el centro entrando en un par de iglesias y disfrutando simplemente de la tranquilidad de ver Roma sin prisas y sin necesidades aparentes. Además, a las 12 había quedado a comer con Rafa y su hijo para luego irnos al Stadio Olimpico a ver un partido de la Roma. 

El partido fue todo lo que podía pedir y más. Pensaba que no iba a jugar el gran capitan Totti (llevaba un mes lesionado) pero parece ser que esa misma mañana se confirmó su presencia. Y vaya presencia, marcando los tres goles de su equipo y haciéndonos delirar en el estadio (por cierto, unos asientos de lujo). 

En definitiva y para no alargarme aún más de lo que ya lo he hecho, unos retornos de lujo (sobre todo a Roma, pero más caro también) donde he podido disfrutar de un montón de momentos increíbles. Desde aquí quiero agradecer de nuevo a Rafa por su paciencia y guía en todo momento. 

ps: Puede parecer raro no ir a los sitios típicos, pero es que ya los vi la última vez (Coliseo, foro, Palattino, termas de Caracalla, Castel Sant'Angelo, ecc...) 


FERRARA 




El viernes pasado fui a Ferrara. Me queda poco tiempo en Italia (18 diciembre) por lo que debo aprovechar todo lo que pueda los fines de semana para conocer más sitios. Esta vez me decidí por un lugar que no queda lejos (una hora en tren) y se encuentra en la región Emilia-Romagna. 

Ferrara es una ciudad bastante bonita y con una amplia actividad cultural. Cuenta con una catedral da vero espectacular, de las más bonitas que he visto (quizá solo por detrás de la de Siena), plazas y calles llenas de vida, con mercadillos (la navidad se acerca queramos o no) y, en definitiva, múltiples elementos que hacen que sea un placer pasear por sus calles. 

Culturalmente he ido a dos sitios. El primero el museo Romei que cuenta con dos plantas con esculturas y elementos arquitectónicos interesantes pero que, en definitiva, te deja una sensación un tanto agridulce debido a su tamaño. No obstante gracias a esta visita he podido enterarme de una exposición en otro museo de la ciudad (recordad que siempre viajo sin mapa) con lo cual puse mi vista allí. 

De todas maneras, no llegue allí directamente. El viajar sin saber dónde quedan las cosas tiene (en mi opinión) unas ventajas importantes como son llevarte a descubrir sitios que, de otra manera, no verías ya que no pasarías por allí. Así he recorrido la Ferrara turística y la no turística durante aproximadamente una hora. Esta vez he aprendido de errores pasados además y me llevé comida en la bolsa en vista de que en otros sitios me costó encontrar a según que horas. 

Cuando llegué al palazzo dei diamanti (creo que se llamaba así) lo primero que me llamo la atención fue el precio: 10 euros el billete para la exposición de Giuseppe Boldini, pintor de la zona muy conocido. El arte cuesta, eso está claro, pero no me lo quería perder así que entré. La muestra consta de varias salas (12) en las que están expuestas todas sus pinturas. He de decir que un par de cuadros me dejaron realmente estupefacto y difícilmente la podré olvidar. 

Una anécdota graciosa (al menos para mí) que me sucedió fue que, al salir, y pensando que la entrada era demasiado cara para todo lo que tenían, me dirigí a otra parte del patio interior y entré en la tienda. Desde allí pude ver otro par de salas (la 11 y la 12) y entré a ellas, pero una señora me dijo que no se podía entrar. Tras preguntarme parece ser que la entrada estaba por otro lado y no por la tienda pero que deben avisar en la sala 9 y nadie lo hizo. Me dejó pasar antes de enseñarla que tenía el billete, momento en el cual me empezó a contar un montón de cosas interesantes. 

Parece ser que el billete lleva incluido el museo Boldini también que estaba dos calles más abajo. Me empezó a contar cosas del autor de los cuadros y demás y estuvimos hablando un rato. La verdad es que salí de allí muy contento, no sin antes reflejar mi opinión en una encuesta que me hicieron antes de salir. 

Desde allí me dirigí al museo Boldini pasando por el orto botánico que, a mi pesar, ya estaba cerrado. En el museo nadie me pidió la entrada por lo que la guardo de recuerdo. Mas que un museo es la casa de Boldini (palacio más bien) con habitaciones lujosamente decoradas con pinturas, muebles y arte en general. No solo tenía cuadros de Boldini sino también de otros autores que poseía en su colección privada. Entrada más que amortizada. 

Después de esto seguí dando vueltas disfrutando de las calles de Ferrara y descubriendo sitios nuevos. Lamentablemente, la noche llega rápido (a las cinco de la tarde) y ya no es lo mismo, pero nadie me quitará el pedazo de dulce que me comí (un antojo que me dio) hecho de nutella que estaba para morirse. Hecho esto me dirigí al tren de vuelta a casa, a Padova. 


BRESCIA 



Este lunes aproveché y fui a Brescia que queda aprox. a hora y media de Padova en tren. Brescia se encuadra en la región Lombardia (la misma que Milano) y es un sitio al que recomiendo ir. Veamos por qué:

Como ciudad ofrece dos claros contrastes. Por un lado una parte urbana y cosmopolita que no se diferencia mucho de algunas calles de Milano o Roma y por otro una parte más rural, antigua, que, para mí, se asemeja a Toledo en cuando a forma.

Al ir en Lunes (día festivo) no pude entrar en ningún museo de la ciudad por lo que esta visita se limitó a pasear por Brescia y descubrir lugares públicos donde pasar el día. Además de que al poco de estar allí comenzó a chispear un poco obligándome a llevar el paraguas gran parte del día. Luego paró, para caer con más fuerza por la tarde. Qué se le va a hacer.

Lo más destacable y el lugar por el que merece la pena ir a Brescia es el castillo. No conozco su historia, ni me importa, solo sé que alberga un par de museos en su interior y que es una especie de parque público abierto a todo el mundo. Puedes recorrerlo tanto por dentro (solo un poco luego están los museos) como alrededor disfrutando de zonas verdes y subiendo y bajando escaleras mientras admiras su construcción.

Lo mejor del castillo es su posición elevada (lógica) que te permite en ciertos puntos tener un panorama de la ciudad que, en mi opinión, es el mejor que he visto hasta ahora (Vicenza ha sido desbancada). Es realmente increíble la cantidad de terreno que abarca la vista allá arriba pudiendo ver las casas allá abajo que, junto a un poco de niebla que había, le daba a la ciudad un aspecto como encantado. Genial.

Debido a que no hubo visitas a museos el resto del día me lo pasé paseando por el centro, entrando a un par de iglesias y disfrutando de calles y callejones. Es una ciudad bastante animada y eso lo pude ver cuando, refugiándome un poco de la lluvia y buscando la estación, entré en el centro comercial donde cientos de jóvenes disfrutaban de la tarde.

Antes de irme, no obstante, me dio por entrar en un local buscando un poco de calor y una buena ciocolatta calda que me sentó de lujo. Mi intención para el día siguiente era ir a Bologna pero el hecho de que no dejase de llover hasta bien entrada la tarde me ha hecho posponer ese viaje para este fin de semana, mi último (por el momento), aquí en Padova. 


BOLOGNA E ROVIGO 


Ultimo fin de semana en Italia (lagrimas de fondo) y últimos viajes. El viernes fui a Bologna y el Sábado a Rovigo. Veamos cómo ha sido: 

Bologna forma parte de la región de Emilia Romagna. Antes he contado mi viaje a Ferrara que está en la misma región, al sur del Veneto. No en vano Bologna es el capoluogo (creo) de la región. El viaje son casi dos horas, pero merece la pena. 

Bologna es una ciudad fantástica. Es cierto que a veces me recordaba un poco a Madrid (calles llenas de gente, tráfico y demás) pero cuenta con una arquitectura que le da una identidad propia, así como mucha vida. Francamente es la ciudad donde más tiempo he pasado caminando por sus calles y, después de pasar por todas las calles del centro (casi literalmente todas diría) he entrado en un museo (el único que permanecía abierto después de comer por una huelga que tenían). 

El museo estaba dedicado a una persona que durante su vida se ha esforzado por coleccionar fotografías y objetos de arte, sobre todo de su amada Roma. No recuerdo el nombre, pero es una persona importante (que mal suena este párrafo, parece que no tengo ni idea de lo que hablo). Lamentablemente, diría que es el museo que menos me ha gustado de todos los que he visto en mi estancia en Italia. Pequeño y poco interesante a tramos, sin duda, no se aprovecha el precio de la entrada. Pero tampoco puedo pretender que todo museo en el que entre me fascine (como hasta ahora había sido). 

Quitando este detalle la impresión de la ciudad es muy positiva. Un sitio que, quizá no me parezca el mejor para vivir debido a su ritmo similar a Madrid, pero que sin duda es imprescindible para pasar un día si se viene a Italia. 

El sábado fue otra historia. Debido a que a estas alturas ya no quería gastar más de lo necesario en irme más lejos y que del Veneto aun no había estado en Rovigo y Belluno decidí ir a esta ciudad primero (3 euros el billete de tren). No obstante, la ciudad no tiene casi nada para ver, de hecho, cuando estuve allí me pareció que estaba muerta. No sé si porque no era el mejor día, porque todo el mundo estaría comiendo o porqué ma no veía a nadie ni siquiera en el centro. Una locura. 

Basta decir que lo más interesante que vi fue el cementerio local, donde, no sé porqué, me decidí a entrar tras recorrerme el pueblo entero. Al menos es un sitio más que he visto y me ha servido para pasear y pensar un poco más en toda la experiencia en Italia. 

No quiero dejar de mencionar que ayer a Padova fui a un museo que me faltaba por ver. Allí se mostraba la colección del pintor Telemaco Signorini (de este sí recuerdo el nombre) y he de decir que merece muchísimo la pena. También es cierto que pagué la mitad de la entrada (5 euros) por hacerme pasar por universitario, porque 10 euros me parecen muchos para la muestra, sea esta la que sea. Un artista con obras geniales y una forma más de despedirme de mi querida Padova. 


IX 


Vuelta a Madrid: 


Dopo quasi tre mesi sono tante le cose che mi sono sucesse che non so come cominciare. 

Ho viaggiato ovunque, cioè per una parte importante dell'Italia. Sono andato a Roma, Milano, Firenze, Siena, San Gigminiano, Brescia, Bologna, Ferrara, Venezia, Vicenza, Treviso, Rovigo e Verona. 

Ho conosciuto molta gente interesante, e non solo quelli spagnoli che venivano con me a Padova, ma italiani che ho conosciuto qua e con cui ho fatto amicicia. 

Ho imparato un po' di più l'italiano quindi penso che sono capace di cavarmela da solo senza aiuto, infatti ho dovuto farlo spesso non solo nel lavoro ma anche quando viaggiavo oppure parlando con i miei amici. 

Ho comprato anche libri, dischi, riviste e tutta questa roba che me permeteva d'imparare anche quando rimanevo a casa. 

Purtroppo non ho trovato lavoro qua e non è per non cercarlo ma sicuramente continuerò a cercarlo a Madrid già che mi piacerebbe rimanere in Italia tanto tempo como sia posibile. Mica ho detto la mia ultima parola. 

La mia vità qua è stata molto diversa da quella che avevo a Madrid. Coloro che mi conoscono sanno che non esco spesso e guardo la tv (sia per giocare o per guardare partite) spesso. Qua non ho mai visto la tv. Uno dei primi giorni ho rotto il telecomando (non per scelta) e cosi via. Fino alla fine. 

Sono uscito spesso, non solo per viaggiare ma anche a Padova con i miei amici. Il mercoledi andavamo nel K (un pub) fino a mezzanotte perché dovevo prendere il tram. Qui i mezzi di trasporto non sono i migliori ma nemmeno mali. 

Un paio di volte ho dovuto prendere la bici d'un amico per ritornare a casa dopo una serata di poker oppure una cena tra amici, essendo la prima volta che prendevo una da dodici anni. Pazzesco! 

Allora, ritorno a Madrid con un sacco de cose sulle spalle: un livello d'italiano più alto, nuovi amici, ricordi indimenticabili di viaggi ed incontri e anche penso che un po' di più di maturità, o al meno penso che sono più vicino al uomo che penso devo essere. 

Eppure tutto è finito, e col tempo questa esperienza sarà solo un ricordo, bello ma non più d'un ricordo, ma magari tutti i miei ricordi fossero come questo. 

Ora ritorno a Madrid ma la mia avventura italiana mica ha finito di scriversi. 





EXTRA 


Vuelta a Padova, Milano, Verona y Bergamo: 


Fin de semana en Italia con la Escuela oficial de idiomas de Alcorcón. No voy a entrar en valoraciones de organización del viaje ni nada por el estilo, sino que, como hacia cuando estaba en Padova, solo contaré mi opinión personal de las ciudades y lo que he hecho en ellas que, a fin de cuentas, es lo que me interesa recordar en el futuro. 

Primer día a Milano donde, como ya había estado antes, aproveché para ver cosas nuevas como la pinacoteca de Brera, que es realmente interesante, con cientos de cuadros realmente buenos y obras de pintores de renombre, el teatro alla Scalla (aunque solo por fuera) y Sant'Ambrogio. No había mucho tiempo para más (apenas unas horas en total) que entre ver todo esto y comprar un par de cosas se pasaron volando. 

De ahí fuimos a Verona en la que realmente pasé poco tiempo porque aproveché el sábado para ir a Padova a ver a mis amigos que aún continúan allí. Pude volver a ver los sitios donde he pasado tres de los mejores meses de mi vida, y compartir un día con parte de la gente con la que tan bien lo he pasado allí. En Verona solo he salido un rato por la noche del viernes y del sábado que aprovechamos para ir al cine y ver una película cuya critica publicaré mañana. 

El domingo tocaba Bergamo, ciudad en la que no he estado antes y, por tanto, totalmente a descubrir. Siguiendo mi filosofía de viaje me aparté del grupo nada más llegar y comencé a descubrir la ciudad por mi cuenta, sin mapa o idea de lo que tiene la ciudad, simplemente dejándome llevar o siguiendo los letreros. 

Así vi la catedral Santa Maria Maggiore, el museo de ciencias naturales o el castello. El museo me encantó. Entré porque era gratis y dentro pude ver decenas de animales disecados y objetos interesantes de culturas africanas. Los animales eran realmente espectaculares teniendo de todas las especies y de todo tipo. El castello no tiene mucho que ver, por lo que merece la pena subir es por las increíbles vistas que posee. No obstante, para llegar a la cima se necesita mucha paciencia y ejercicio físico porque menos de veinte minutos cuesta arriba (bastante pronunciada) no te los quita nadie. 

Por la tarde quería ir la pinacoteca, pero estaba en obras y habían trasladado pinturas a otro sitio por lo que pasé lo que me quedaba de tiempo en la ciudad baja paseando por sus calles y aprovechando para hacer las últimas compras. 

Sin duda, tres días más en Italia, que, como todos los anteriores, difícilmente olvidaré. 


Torino: 


El primer día no hemos podido ver demasiado debido a la hora a la que llegamos (14) y el cansancio acumulado. No obstante, dio de si lo suficiente para dar unas cuantas vueltas por la ciudad, comprar las primeras cosas, ver una exposición muy poco interesante y tomar algo. 

El segundo día fue mucho más productivo con las visitas al museo egipcio, el museo del cine, la subida a la molle antonelliana, el aperitivo, más compras y más vueltas por la ciudad. 

El museo egipcio es muy recomendable para todos aquellos que vivimos Egipto de forma diversa a los turistas habituales. No es el museo del Cairo pero merece la pena. El museo del cine es uno que se debe visitar por fuerza, te guste el cine o no (¿a alguien no le gusta?) Muy divertido, con muchas cosas interesantes y una estructura de lo más curiosa. La subida a la molle también es muy recomendable, unas vistas preciosas de la ciudad y una subida de vértigo en el ascensor. Todo esto se debe hacer con la Torino card, si no el precio se dispara. El aperitivo es el mejor que he visto en Italia. 9 euros y te pones hasta arriba a comer cosas muy diversas. Sin duda, la mejor opción para salir por ahí a cenar. 

El domingo no teníamos tanto tiempo ya que a las 14:30 debíamos estar en el hotel para volver. Nos dio tiempo no obstante para ir al parco Valentino, al Borgo medievale y comer pizza napolitana de calidad. El parque es muy bonito y el Borgo muy interesante por dentro, sin embargo, estaría mejor si se pudiese hacer sin guía ya que el tocho que te mete es un coñazo (en mi opinión) y te obliga a escaparte del grupo y verlo por tu cuenta. 

En definitiva, un gran fin de semana, muy divertido y una gran ciudad de la que me llevo solo buenos recuerdos. Como siempre en Italia la gente muy simpática y educada.




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