Nostalgia

Siempre pensé que regresar a casa sería diferente. Tenía la idea de que cuando volviese siendo mayor lo haría como una persona de éxito, que la gente que hubiese permanecido allí alabaría mi éxito y reconocería que, aquel niño con pájaros en la cabeza se había convertido en un hombre admirable. Era una forma de pensar, pero quizá el hecho de dar por sentado que sería así me ha impedido darme cuenta de que las cosas no salen solas. La rutina y la idea del mañana te atrapan antes de que te des cuenta y cuando vuelves a tu ciudad y afrontas la realidad eres consciente del tiempo perdido y, con él, de la muerte de las fantasías de juventud. No es que mi vida esté vacía o carente de emociones, pero es cierto que, conforme voy cumpliendo años, soy más consciente de que, el día que falte, no habré dejado mucho detrás. Si exceptuamos todo lo material que no valdrá de nada, ¿qué legado habré transmitido? ¿Se acordará alguien de mí cuando hayan transcurrido 20 años desde mi fallecimien...